
Durante décadas, mostrar la bandera de Puerto Rico era considerado un crimen. Desde 1898, luego de la invasión estadounidense, y especialmente con la Ley de la Mordaza de 1948 (Ley 53), portar, exhibir o incluso dibujar la bandera puertorriqueña podía llevarte a la cárcel. Esta ley prohibía toda expresión que promoviera la independencia, incluyendo discursos, canciones… ¡y hasta los colores de la bandera! No fue hasta el 25 de julio de 1952, con la proclamación del Estado Libre Asociado, que se reconoció oficialmente la bandera como símbolo legítimo del pueblo puertorriqueño. Hoy, ondearla es más que un acto simbólico — es resistencia, historia y orgullo. 🇵🇷 ¿Lo sabías? ¿Tu familia vivió esta época? Cuéntanos en nuestras redes.